LOS BAÑOS DE FUENTE SANTA


( P u e r t o S e g u r o )







Hoy solamente podemos contemplar unas ruinas donde existieron unos baños de aguas sulfurosas, indicadas para enfermedades de la piel, que gozaron de gran fama por toda la comarca.

La construcción de estos baños la llevó a cabo Diego Bernal a mediados del siglo XIX.

Constaba el complejo de un inmueble de dos plantas con varias habitaciones para el alojamiento de los huéspedes, de una cocina de utilización común para la dueña y para los residentes que deseaban preparar allí su propia comida, y de los compartimentos propios del balneario. Eran éstos una fuente de donde se extraía el agua mineral, un pilón donde se calentaba este mismo agua y una gran piscina. Todo ello resguardado por una valla de piedra de considerable altura.

Como quiera que las aguas no eran termales había que calentarlas para que la piscina adquiriera una temperatura próxima a la del cuerpo humano. Por ello el bañero la calentaba en un pilón de piedra alimentando el fuego con escobas tan abundantes en aquel lugar. Por un canalillo de cantería discurría el agua caliente hasta la piscina y allí tomaban los baños todos los enfermos aquejados de las más diversas dolencias.

Hasta los baños se llegaba en caballerías por un escabroso camino de herradura llamado de los Granizales.

Acudían gentes de toda la comarca que en su mayoría quedaban maravillados de las mejoría que habían experimentado. Se hizo popular un dicho que comentaba: “lo trajeron en un burro entre dos sacos de paja y se volvió a casa por su propio pie”.

Los baños estuvieron funcionando hasta los años sesenta. A partir de este tiempo se cerraron al público y su abandono propició el hundimiento de sus tejados y el desmoronamiento de sus paredes. Únicamente quedan en pie el pilón de calentar el agua y la piscina.

Fotografías: Ángel Agustín Santos Sánchez
TEXTO: José Ferreira