sábado, 6 de julio de 2002



El académico Emilio Lorenzo Criado

CONSUELO HERNÁNDEZ ESTÉVEZ

Es noticia el fallecimiento de nuestro académico Emilio Lorenzo Criado. Lo conocí bien, pues soy de Puerto Seguro y sólo unos años más joven que él.

Eran los tiempos de la guerra civil del 36 y a él le tocó marchar al frente de batalla, mientras su padre, que había quedado en Madrid y era militar de profesión, hubo de luchar en el bando contrario; los dos obligatoriamente. Trágica situación, pero, por fortuna, todo terminó bien y padre e hijo pudieron abrazarse después de la contienda.

Hoy se habla mucho y favorablemente de este académico que calculo dedicó al estudio de las lenguas unos setenta años.

Se habla y escribe de sus éxitos, de sus medallas y homenajes, de sus elevados puestos como intelectual. Menos, de su perfil humano tan importante hoy y siempre: por eso, con mi modesta pluma lo haré yo ahora. He realizado un estudio de investigación hace poco, en el libro titulado Puerto Seguro. Un retazo de su historia, en el que dedico más de seis páginas a este hijo ilustre y destacado intelectual y al que dediqué un ejemplar no hace mucho que él me agradeció con rapidez y sencillez.

Como hombre o persona humana, Emilio Lorenzo fue desde niño y joven de carácter sencillo, humilde, bondadoso, profundamente religioso y de alta moral, abierto a todo y a todos, con capacidad de comprensión y estima hacia los más humildes, con constancia en sus virtudes durante toda su vida. Fue en verdad un hombre íntegro.

Como intelectual, ya conocido por la prensa y por su alto puesto, lo podemos considerar un ejemplo de constancia y trabajo dedicado al estudio durante toda su vida. Ha sido excepcional por su inteligencia y sus virtudes, pero también por haber sabido orientar sus capacidades hacia el bien sin desviarse nunca.

Puerto Seguro, su pueblo natal, al que él amaba con sencillez y naturalidad, le dedicó en 1994 un sencillo pero cálido homenaje descubriendo una lápida en su honor en la çasa de su nacimiento.

Descanse en paz y sírvanos a todos de ejemplo sur virtudes y su capacidad y voluntad para el trabajo intelectual.